El mundo de los pódcast es un espacio en constante crecimiento y diversificación. Plataformas como Spotify ofrecen oportunidades a creadores de contenido para llegar a su audiencia y, en algunos casos, generar ingresos a través de programas de anuncios o de monetización. Sin embargo, un fenómeno inusual ha llamado la atención en este ecosistema: los podcasts de “ruido blanco”.
Los podcasts de ruido blanco se caracterizan por presentar sonidos constantes y relajantes, como el murmullo de las olas del mar o el canto de los pájaros. Aunque pueden parecer simples, estos contenidos han demostrado ser increíblemente populares. Según informes, algunos creadores de podcasts de ruido blanco llegaron a ganar hasta 18.000 euros al mes solo por proporcionar estos sonidos ambientales.
Según datos de enero de 2023, los podcasts de “ruido blanco» representaban un total de 3 millones de horas de consumo diario en la plataforma de streaming (Datos enero 2023). Este éxito sorprendente se debió, en parte, a un comportamiento inesperado del algoritmo de recomendación de Spotify. Cuando la compañía se percató de esta tendencia, consideró tomar medidas drásticas para contrarrestarla.
Aunque para los creadores de contenido de ruido blanco esta era una oportunidad lucrativa, para Spotify representaba una pérdida significativa. La plataforma de streaming musical calcula que este tipo de podcasts le costaba hasta 38 millones de dólares en pérdidas.
La razón detrás de esta disparidad es clara: la creación de contenido de ruido blanco requiere poco tiempo y recursos, lo que permite a los creadores ganar grandes sumas con relativa facilidad.
Spotify se debatía en sí eliminar los podcasts de ruido blanco de los feeds de contenido, la prohibición de futuras cargas de este tipo de material y la orientación de los usuarios hacia otros géneros de contenido. Sin embargo, esta medida fue rechazada en un primer momento por medio de la resistencia de los usuarios, que consideraron que la plataforma no debería interferir en sus preferencias de escucha.
La situación planteó un dilema para Spotify. Por un lado, la popularidad de los podcasts de ruido blanco «robaba» oyentes a otros podcasts y al contenido musical tradicional de la plataforma. Ante esta situación, Spotify tomó una decisión drástica: expulsar a los creadores de ruido blanco de su programa de anuncios conocido como “Ambassador Ads”. A partir de diciembre, estos creadores ya no podrán generar ingresos a través de podcasts de ruido blanco en la plataforma.
La demanda de contenido basado en ruido blanco sigue siendo sólida y demuestra que las plataformas de streaming de audio deben adaptarse a los cambiantes formatos y audiencias.
Además de expulsar a los creadores de ruido blanco, Spotify ha realizado cambios en los requisitos para que los creadores puedan acceder al programa de monetización. Ahora, se establece que los creadores deben tener al menos 1.000 oyentes únicos en sus podcasts para poder participar en el programa publicitario. Esta medida busca promover la calidad y la diversidad en la plataforma.
La historia de Spotify y los podcasts de ruido blanco resalta la importancia de adaptarse a las necesidades y preferencias de los usuarios en el entorno de streaming de audio. Ya no tiene sentido pretender ser simplemente una plataforma de streaming de música, podcasts o audiolibros. Los formatos son cambiantes, y las audiencias también.
Es fundamental que las plataformas para alojar podcast permitan a los creadores y usuarios gestionar sus propias ofertas y demandas. La diversidad de contenido es clave para mantener la relevancia en un mercado en constante evolución.
La decisión de Spotify de poner fin al negocio de los podcasts de ruido blanco refleja la importancia de mantener un equilibrio entre la satisfacción de la audiencia y la rentabilidad de las plataformas.